viernes, 2 de diciembre de 2011

Es Diciembre, un año más





Un año más que ha transcurrido, y han cambiado muchas cosas. Pero lo único que no ha cambiado es que yo sigo escribiendo por aquí de cuando en cuando. En estos meses de ausencia bloggera, lo que he hecho no es muy diferente a lo que hacía antes, he estado en la universidad, me gustó alguien, no funcionó con ese alguien, me reí mucho, lloré regular, algunas personas se fueron, otras se quedaron, me frustré, y me sentí orgullosa. Lo más resaltante fue que, en lugar de seguir en Letras, por fin pasé a facultad, a mi hermosa carrera de Artes Escénicas. Me hallé ante todo este universo de las tablas, el que me recibió con los brazos abiertos y con los ojos cerrados. Hubo momentos donde me sorprendía de todo, y realmente quise dar lo mejor de mi. Hubo otros en los que me frustré demasiado, sentía que no servía, que estaba loca por dedicarme al teatro, pero quiero seguir en esto para siempre. Quiero morir habiendo dirigido, actuado, triunfado y fracasado. En ese sentido tengo mucha fe en mi.





Por otro lado, creo que había comentado, y si no lo hice aprovecho este momento para hacerlo, que me voy a Buenos Aires el 5 de febrero del próximo año a terminar mi carrera. Al parecer se me dio, mi sueño se hizo realidad, y me voy a empezar una vida diferente relativamente lejos de mi ciudad sola con un amigo, a emprender nuevas aventuras. No he pensado mucho en si tengo miedo y eso, solo espero algo impaciente en que llegue ese día. Afrontémoslo, yo siempre quise partir a otro lado, nunca supe por qué pero desde hace mucho tiempo es así.





Cambiando un poco de tema, hoy día salí con una amiga a un parque de por acá cerca a fumar un cigarro y hablar, escuchamos algo de música (Kings of Convenience) y me di cuenta que extrañaba el verano, que necesitaba sol y libertad, para completar mis trámites de Argentina y también para no hacer nada. En fin, terminé la universidad, fue mi último ciclo de la vida en la PUCP, y hasta ahora no había pensado lo mucho que voy a extrañar la sensación de comodidad que alberga esa institución para mi. Es como si todos me conocieran, yo conocía a la gente y ellos a mi, y la he pasado tan bien ahí, que es casi inexplicable describir cómo me siento ahora. Siento que por mis ojos transcurriera una película de todos los momentos, de cuando llegué y no sabía en dónde estaba parada, hasta cuando me creía la reina del mundo rodeada de gente. Me da pena, de eso no hay duda, tantas personas que realmente amo están en la PUCP, y se quedarán allá, mientras yo estaré en otro lado, tal vez buscándolos en otros rostros, o acostumbrándome a que nada será lo mismo. Quién sabe. Supongo que me queda disfrutar mi tiempo acá, paseando por mis lugares favoritos, con mis amigos y demostrándole a mi familia que los quiero. Hace mucho que no lo hago, y ahora se me asemeja una buena oportunidad. Fácil volveré a escribir algo que me haya pasado este verano, o fácil me olvido y mi próxima entrada la haré desde Buenos Aires contando cómo lo estoy pasando. Good night and Good Luck, dejo una foto de mi amada París, que me tendrá que seguir esperando unos cuantos año más.