lunes, 30 de diciembre de 2013

Materia

¡Qué maravilloso sería tener un switch para apagar los sentimientos, el dolor, el miedo! A veces sería tan conveniente ser duro-corazón coraza diría Benedetti- en lugar de tener una maldita sensibilidad.
No sirve de nada cuestionarse, ni sufrir, ni siquiera esperar que el resto se compadezca de uno. 

Quisiera ser únicamente materia sin esencia, cuerpo sin alma. Porque definitivamente, el deseo de trascender es lo que inicia el ciclo del sufrimiento perpetuo. 

miércoles, 30 de octubre de 2013

Poema

Hipertexto



Una muchedumbre de luciérnagas,
manipuladas por el tormento de un lúgubre titiritero,
Se ha escapado por la rendija incierta
de los ojos de una hermosa mujer.

La necesidad de huir de la más asfixiante tiranía,
las hizo seguir el ansioso vuelo de los patos en invierno.
Vértigo,
cuando miran hacia abajo y no distinguen más formas
que las vaporosas nubes.

Se pierden en una vorágine de color y sonidos metálicos,
Una conformación de monstruos de enorme tamaño
Se aprietan unos contra otros,
Atosigados,
Desconcertados,
Enfermos.
Perdidos en una búsqueda imprecisa,
Los monstruos no pueden ver la luz de las pequeñas.

Salen solo cuatro,
Emprenden un rumbo distinto.
Olvidan el vértigo,
el miedo.
Quieren seguir el rumbo de los patos.
Suben varias escaleras,
pisos múltiples de infinita extensión,

Llegan por fin a un inmenso mar negro,
lleno de luces.
Puntos y esferas que iluminan con suntuosidad.

Una muchedumbre de luciérnagas sobre un interminable
Mar de azabache,
Sería ahora su eterna compañía.

viernes, 19 de julio de 2013

Reencuentro con Silvio

Silvio:


Después de varios meses alejada de tu poesía, de los acordes de tu guitarra, de tu voz encantadora y desgarradora al mismo tiempo, volví a escucharte a todo volumen. Esta tarde te recordé, en realidad empecé a cantar Como Esperando Abril, y sentí la necesidad de volver a escuchar tu música. 
Antes te escuchaba con toda la intención de hundirme, de tratar de identificarme con lo que expones, pero hoy quise escucharte y analizar tus palabras.

Mi canción fetiche es y seguirá siendo El Necio, mas necesito publicar esta otra tuya:




Sueño Con Serpientes 

Sueño con serpientes, con serpientes de mar,
Con cierto mar, ay, de serpientes sueño yo.
Largas, transparentes, y en sus barrigas llevan
Lo que puedan arrebatarle al amor.

Oh, la mato y aparece una mayor.
Oh, con mucho más infierno en digestión.

No quepo en su boca, me trata de tragar
Pero se atora con un trébol de mi sien.
Creo que está loca; le doy de masticar
Una paloma y la enveneno de mi bien.

Ésta al fin me engulle, y mientras por su esófago
Paseo, voy pensando en qué vendrá.
Pero se destruye cuando llego a su estómago
Y planteo con un verso una verdad.

Otro poema de hace varios atardeceres

Soliloquio sobre la monotonía



No hay distinción entre un horizonte
Contaminado por el azufre
Y uno puro,
Teñido de anaranjado.

No existe el silencio estético,
Cargado de significado.
Hay tan sólo la negación del sonido,
Del decir,
De la palabra.


El rocío de las hojas,
El rojo de los labios,
La suavidad de la arena entre los dedos,
El primer resplandor de una mañana de verano,
Todo es subjetivo,
La belleza es absolutamente convencional.


Los sueños son subconscientes,
El amor no es infinito,
El tiempo es volátil,
A veces pausado,
Otras esquivo y frenético.


La muerte y la vida,
Polos opuestos de la “creación divina”,
Son lo único certero.
La humanidad los toma,
Algunos los ignoran,
Algunos los hacen suyos.


Existen quienes imaginan un manantial,
Sobre los cimientos destruidos de una civilización,
Ellos también pintan rosas en el desierto más árido,
Y  componen un Vals con los sonidos intermitentes
De la ciudad.


Todos ellos le temen a lo inevitable,
Al punto final de la imaginación,
A la rigidez,
Al frío,
A la oscuridad,
A ser humanos,
A ser finitos.


Buscan en la vida, entonces
Un sendero de apreciación,
Una paleta de colores,
Un entramado de frases,
Una fuga de imágenes corpóreas,
Danzando en un arrebato de energía.


La fugacidad,
El cambio,
Lo desconocido,
Los lleva a construir un método de supervivencia.


Primeros Auxilios del Artista,
Temeroso por el luto a sí mismo,
Por la monotonía que implica vivir.

Poema de hace mucho

Blas




Palpitante,
El dolor en la frente,
Cálido,
El furor en los ojos,
Lánguidos adioses,
Ansiosas bienvenidas.


Me mantiene despierta,
Madrugadas y madrugadas,
Las pupilas abiertas de par en par,
Te buscan en el insomnio.
Los tímpanos quieren ser destruidos,
Por tu grito de “buenos días”.


El universo no está hecho para que te quiera,
Ni mucho menos para que te extrañe.
Ridículo,
Implacable,
Irreversible.
Algunas decisiones no se pueden cambiar.


Es tortuoso.
La agonía de no encontrar ni una máscara,
Ni un retazo,
Ni una parodia.
Nadie que te imite.


El universo no está hecho para que te quiera,
Porque no pueden coexistir
Dos especies como nosotros,
Saltando por sobre las nubes,
Tocando constelaciones,
Jugando con los anillos de Saturno.


La dificultad que implica olvidar,
Lástima que la inocencia me lo impida,
Mi propia fisonomía no me lo permite,
Mis huesos no desprenden la médula
De tus huesos.


No transitaré ese camino de asfalto,
El universo no está hecho para que te quiera.

domingo, 10 de febrero de 2013

Recopilaciones

Hasta hace un par de horas, era la persona más sombría que un lunes en la madrugada (en ese entonces, domingo), podría tener. Como estaba tan aburrida y el insomnio me sigue asediando, decidí leer entradas antiguas de mi blog. Lo que descubrí fue algo inmensamente conmovedor: me vi reflejada en las etapas más cambiantes y complicadas, me vi a mí misma en innumerables situaciones, y me di cuenta que después de casi cuatro años, no he perdido la esencia que me caracteriza ni las preocupaciones que rondan mi cabeza hasta el día de hoy. Es realmente hermoso darse cuenta que uno ha mantenido quién es, por más que sea necesario el cambio y la madurez, cuando mantienes esas determinadas características que son solo tuyas sientes que eres alguien, que no estás perdido, y que estás llegando a conocerte. Tengo que admitir que esbocé varias sonrisas mientras leía los acontecimientos importantes y cómo me imponía ante ellos, como por ejemplo cuando la universidad me agobiaba con exámenes y cursos que no entendía (entre ellos, Biología), y cómo me apasionaba por pasarlos de alguna manera. Sigo siendo así, no me he perdido en el tedio de vivir sola en una ciudad mucho más liberal que la mía. O si no, cuando me ponía a escuchar trova y Los Beatles para encontrar una similitud temporal entre mis problemas de adolescente que borda la adultez, y las magníficas líricas terrenales de estos compositores. ¡O, sorpresa! Sigo haciéndolo.
Tengo las mismas dudas, los mismos miedos a quedarme sola, la misma desesperanza, el mismo odio por la rutina y los domingos desolados. ¿Quién diría que todavía los sueños me desconciertan, que aún sigo escribiendo poemas cuando veo el momento preciso?

Es realmente imponente saber que aún después de todo este tiempo, después de todos los cambios (físicos y mentales) que han ocurrido en mi persona, sigo siendo yo, pequeña y temerosa, miedosa y necia, soñadora e impulsiva, con un pie 5000000 kms por sobre la superficie lunar y otro pie en la estratósfera. Qué reconfortante es saber que a pesar de mucho, sigo siendo la misma persona de diez y seis años que comenzó a escribir este blog cuando iba a salir del colegio, y no sabía nada acerca de ese mundo exasperante y maravilloso que contiene la vida universitaria, que se manifiesta cuando uno crece.

Delirios somnolientos

Otra vez es domingo. Tengo que agregar que realmente no sé por qué razón decido escribir justamente estos últimos días. Hoy ha sido uno de esos insoportables lapsus de tiempo en los que he reflexionado demasiado acerca de todo; y cuando me refiero a todo, es a T-O-D-O ¡Qué insoportable resulta a veces pensar! ¿Por qué no puedo vivir como el grueso de las personas de mi edad, es decir ignorante y feliz? Le pondría un stand-by a mi cerebro, le diría algo así como: "Excedió el monto de pensamientos angustiantes y de crisis existenciales, y si lo continúa haciendo, debe saber que está extendiendo cheques sin fondo, lo que es considerado como delito federal hacia la tranquilidad física". De alguna manera, sé que mi cerebro obstinado no haría caso de esta advertencia y seguiría atormentándome como lo hace cada domingo en la noche. 

Es momento de recalcar que, definitivamente, estas circunstancias me permiten jugar con mi creatividad. Si tanto detesto los domingos, si me jode absolutamente sentir las calles desoladas, la necesidad patológica de echarme boca arriba a ver televisión, o de comer todo lo que no hice en la semana por seguir el típico pero engañoso: "El lunes empiezo la dieta", es por algo y ese je ne sais quoi debe ser explotado literariamente. Siempre digo que tengo proyectos, pero los dejo incompletos porque no encuentro la motivación para abusar de mi lasciva inspiración. Este tal vez sea diferente, o tal vez finalice como muchos otros: en dos páginas de un cuaderno, con borrones y jamás corregido. De cualquier manera, esto último que planeo será una recopilación de varios domingos a lo largo del tiempo, de cómo fue cambiando la percepción generacional de estos días, y por qué. Todo esto en capítulos cortos, que creo serán cuentos o relatos breves. Veamos cómo me va con esta aspiración mía, ojalá que al menos logre redactar un par de páginas. 

En una hora se acaba el domingo, y empieza el lunes, otra semana que tendrá su curso. La vida se me está haciendo cada día más corta. 

domingo, 20 de enero de 2013

Coincidencias

Es extraño, la última vez que escribí también era domingo pero yo estaba en Buenos Aires y ahora estoy en mi casa. Estos días en particular han sido un poco fuera de lo común, ya que yo llegué y sentí como si nunca me hubiera ido, como si todo mi entorno se hubiese congelado de tal manera que después de un año sin mí, todo siguiera igual. En fin, fui a la playa, me vi con algunos amigos, y acontecieron ciertos eventos que le dieron cierto sentido del humor a una semana que yo hubiese tildado como sumamente deprimente. Conocí a alguien, pero no sé, luego me escapé locamente y no regresé a mi casa hasta muy tarde (cosa que no suelo hacer cuando vivo en el mismo techo que mi mamá), me reí mucho y me puse a escribir después de mucho tiempo. Creé una historia de la nada , un día al azar cuando estaba aburrida en el trabajo, algún día la publicaré por acá. Espero terminarla eventualmente, ya que realmente me interesó cuando comencé a redactarla.

Creo que eso haré en esta noche de domingo tan poco interesante, en lugar de pensar inevitablemente que mañana será lunes, que un día transcurrirá detrás del otro, y que seguiré siendo yo inmóvil mientras que los días pasan por encima mío, casi sin tener en cuenta mi existencia.