jueves, 10 de septiembre de 2009

Quattrocento...Cinquecento...bah!

Ayer no dormí, esta ha sido la peor semana de la historia de las semanas universitarias. Control de Realidad Social Peruana, al día siguiente control de Historia del Arte. ¿Quieren matarme o algo así?. Me gustan mis cursos, es en serio, pero la presión es una vaina... una vaina medio complicada. No sé qué tan bien o qué tan mal me habrá ido, prefiero no pensar en eso. Al fin tengo tiempo para respirar... creo que estoy tranquila otra vez, el orden acaba de volver a mi vida como por arte de magia (no quiero escuchar la palabra arte en mil años). ¿Algo nuevo? No, no mucho la verdad, lo mismo de siempre, la supervivencia del más fuerte y la del más astuto, es la ley de la selva.

Hoy no quiero profundizar en nada ni explayarme, no quiero tocar un tema nuevo, no tengo ganas de cambiar el mundo con una reflexión. Hoy quiero ver la vida como un kaleidoscopio, ya no como una película antigua. Quiero llamar a una vieja amiga ¿Me contestará el nextel? ¿Seguirá molesta conmigo o ya se le habrá pasado? Normalmente no soy la que se disculpa, pero como dije, hoy todo es posible.

D: ¿Alo?
J: Gay, ¿En qué andas?
D: Aquí, en el dentista.
J: Asu...¿Qué y a qué hora vuelves?
D: No sé, depende de si este webon la hace larga.
J: Jaja. ¿No quieres salir a caminar por ahí, fumar un puchito?
D: Uhm... no sé Josefa.
J: Ya pues. Yo compro los puchos y no sé pues, aprovecho para pedirte perdón. Por nextel es más fácil, por eso necesito verte.
D: ¿Pedirme perdón? No sé flaca, a veces con un perdón no se arreglan las cosas. Pero está bien, paso por tu jato. Tú me dices lo que tienes que decirme y punto.
J: Ok. Entonces alértame cuando salgas del consultorio. Chau.
D: Ya, chau.

Lo peor de todo es que no sé qué voy a decirle ni cómo voy a explicarle... Sí, la palabra "perdón" está perdiendo su efecto mediador en las personas.