domingo, 9 de agosto de 2009

Luciana, mándame una alerta


Nunca me había puesto a pensar, hasta ahora, que todos tenemos ya sea en el discado rápido o en la fila de alertas,a alguien a quien llamamos siempre para contarle sucesos importantes o realmente estúpidos. Esa persona, aunque no lo parezca, tiene un criterio de selección muy riguroso, en primer lugar debe ser alguien que conozcamos hace bastante tiempo, en segundo lugar debe estar dispuesto a escuchar y compartir opiniones, y por último debe tener un gran sentido del humor y reacciones emotivas cuando sea necesario.

Mi persona elegida y la primera en mi fila de alertas, es Luciana con quien pasé la mitad de la secundaria en embrollos que sin duda podrían protagonizar la versión moderna de "Rebelde Sin Causa". Puedo decir con toda sinceridad que ningún otro de mis amigos me diría "Qué increíble" si el chico por el cual yo me muero pero que no sabe que existo me pide un borrador en una clase.

Todos pensamos que son pocos los que nos entienden, que somos diferentes, pero hasta las diferencias son parecidas entre las masas. Yo no me considero muy diferente, vivo la vida de muchos, pienso como muchos y sigo las normas que muchos siguen, soy simplemente una más en esta sociedad limeña contemporánea. Aún así por más parecido o diferente que uno se considere, va a haber alguien que nos entienda por completo, que comparta nuestras ideas, nuestra forma de pensar e incluso nuestras emociones. Más allá del simple hecho de tener una persona a la que llamamos siempre, tenemos lo más importante: alguien que escuche, porque el mundo se sostiene gracias a la comunicación y a la retroalimentación en una conversación fáctica, que aunque no tenga una gran prioridad, refuerza las relaciones logrando establecer amistades. Por eso no tengo más que darle las gracias a Luciana por reírse cuando le contaba que me caí en la combi o por emocionarse cuando el más guapo de la Católica me pidió un pucho.

No hay comentarios: