martes, 20 de julio de 2010

Convenciones, formalismos y más convenciones




La verdad es que a veces uno piensa mucho, quiere seguir diversos patrones sociales y normas cuando la realidad no siempre se adapta a ellos. No sé cuán cierto sea algo, ni cuán falso. Solo puedo dar fe de que no existen los extremos. Pero creo que los estoy confundiendo un poco con esta cháchara introductoria que de alguna manera resume el tema que quiero tratar: Los besos. A ver, a ver; es un poco complicado tocar este tema porque siempre surge la incomodidad, pero dado que han habido diversos sucesos últimamente, quiero hablar de eso. Besar puede ser algo divertido, una cuestión de una salida donde la gente está tan ebria que simplemente quieren un poco de "acción". También puede ser algo catastrófico, es decir, compartir fluidos no debe ser muy agradable para los primerizos ni para los inexpertos. Además puede ser una experiencia inolvidable, un acto sumamente romántico cuando hay amor de por medio y todas esas cosas por ahí. No sé, un beso es algo (por lo menos para mí) bastante abstracto, puede tener un millón de identidades, infinidad de intenciones y motivos. Existe pero solo se concretiza entre las personas, si nunca en la vida se hubiese producido la acción, entonces la noción no existiría y "besar" no figuraría en ningún vocabulario.


Pasando a otra rama de este mismo tema, puesto que creo que ya me explayé bastante dentro del ámbito descriptivo, creo que lo más emocionante de besar es no saber qué va a pasar después. Cuando uno besa a alguien, por más inconsciente o irreflexivo que se encuentre, siempre está esa incógnita, esa incertidumbre, tal vez se cree un poco de incomodidad, uno nunca sabe. Los primeros besos son misteriosos, atañen demasiados secretos e inseguridades. A medida que el besar se vuelve más constante con una persona, poco a poco se van los secretos y solo quedan los sentimientos. En fin, creo que eso no era lo que quería decir específicamente pero ya qué, se me ocurrió que podría ser un pequeño complemento de un plato bastante condimentado.





Hay gente con la que uno tiene química y, a la hora que ocurre todo, no existen los pensamientos ni el miedo, ni la sensación de estar haciendo algo mal. Por alguna razón, todo es perfecto, son labios completamente sincronizados, armoniozamente coreográficos que bailan al compás de un minuet o de un ballet lento. Esas personas son las que más se recuerdan y uno pretende que cada vez que bese a alguien sea así, pero lamentablemente no, así no es la vida.


Por más que haya sido un completo extraño en una fiesta, cuando hay química siempre está la maldita sensación de querer encontrarlo, de miedo a perderlo. Lástima pues, que aunque esperes en vano a volver a cruzártelo, puede que jamás suceda, que estés destinado a un larguísimo período de besos vacíos y sin química hasta que alguna vez vuelvas a encontrar a alguien semejante.

1 comentario:

ClaryClaire dijo...

vaya, me gusta kmo sta expresado, todo da k pensar.
Un beso muy grande Panconqueso y gracias por pasarte por mi blog.
Abrazos