sábado, 24 de enero de 2009

Mundos paralelos



Normalmente no me despierto temprano un sábado, y menos aún un sábado por la mañana. Prendí la tele para ver si había algo que valiera la pena para pasar el tiempo y empecé viendo "Dientes de Lata", sí, esa serie de la chibola que escuchaba la radio con sus brackets. Me entretuve pensando en las épocas en las cuales yo usaba brackets, y me dió algo de risa porque jamás recibí una transmisión radial por la boca. Después, acorde con la programación del fin de semana, pasaron "Qué raro", una serie que habla de un adolescente cuyas experiencias con lo paranormal le dan una complexión más exacta de nuestro mundo.

Pasaron un capítulo que yo considero uno de los mejores que he visto en mi vida, se trataba del mundo paralelo que coexiste junto al nuestro, donde las decisiones que no tomamos en la vida diaria son otras en la dimensión paralela a la nuestra.

Es algo difícil entenderlo si lo explico con tanta frialdad, por ello pondré un ejemplo algo más específico:

Imagínense que tienen que ir al colegio o a la universidad, pero justo ese día no les provoca para nada la idea de salir de su casa, están demasiado abatidos o perezosos para pensar y solo quieren un día para dormir. Es un debate que seguro muchos han tenido una mañana a las 7 am, y solo una elección, ¿Voy o no voy? En este caso eligen ir, tienen un día normal algo tedioso por su estado de ánimo, pero nada fuera de lo común, esa sería la decisión de uno de los mundos.

La otra decisión tomada en el mundo paralelo, podría ser la de quedarse ese día en su casa y eso es lo que hacen. En ese momento, aparecen sus madres a decirles ¿Por qué demonios faltaste, chiquito irresponsable? Y terminan tan castigados, que se pierden la fiesta del sábado donde el chico/a que les gusta supuestamente les iba a pedir que fueran sus enamorados/as.

Sí, pequeñas decisiones como levantarse en la mañana pueden ser tan trascendentales que camibian toda una vida por completo, pero uno nunca puede darse cuenta si para bien o mal ya que no tienen contacto con el mundo paralelo, lo peligroso sería si esos dos mundos convergen ya que la estructura espacio/tiempo a la que estamos acostumbrados se revertiría haciendo solo un mundo, sin incluirnos necesariamente.

Imagínense llegar un día a sus casas y encontrarse con ustedes mismos sentados en su cuarto viendo televisión o leyendo un libro, sería algo completamente irreal, ¿Cierto? Pero ¿Hasta qué punto podríamos probar que esto es completamente verdadero? Es simple, ojalá que jamás podramos hacerlo, o nos veríamos un día con todas las decisiones erradas o correctas que no tomamos en nosotros mismos, y creo que es mejor no pensar, ¿Qué hubiera pasado si...?

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