martes, 10 de febrero de 2009

Cuando sea grande...


"¡Mamá, mamá! Cuando sea grande quiero tener un edificio así."


¿Por qué cuando se es tan pequeño las cosas se presentan un poco más accesibles? Tal vez es porque nos la plantean de esa forma.

Hoy mientras caminaba por San Felipe, escuché a un niño de aproximadamente seis años que decía que quería tener un edificio para él solo, grande y con muchos colores, y yo solo puede reír.

La verdad, este suceso me hizo pensar en una anécdota de cuando yo era más pequeña.


Recuerdo estar muy enamorada de un chiquito de mi clase llamado Nicolás y parecía que él también, por eso en un cumpleaños suyo le pedí "permiso" a sus papás para casarme con él, y me lo dieron.


Pues sí, nos casamos y ninguno opuso resistencia, fue probablemente la ceremonia de matrimonio más significativa que tendré, aunque nunca dejamos nada completamente consolidado. No sé qué fue de este "matrimonio" mío porque nunca volví a ver a mi supuesto esposo dos años después, lo único que sé de él es que vive relativamente cerca de mi casa y que sus papás preguntaron por mí a una tía mía.

Yo creía que iba a durar para siempre, que cuando pasáramos la primaria íbamos a seguir juntos hasta la secundaria y viviríamos juntos, sinceramente qué iluso de mi parte.


Por eso los niños son criaturas demasiado enigmáticas, no se puede predecir su carácter ni su manera de ver el mundo. Yo he crecido algo, pero todavía me pregunto cómo será cuando sea grande.

1 comentario:

Iyari dijo...

Cuando sea grade sólo quiero ser una artista fomentadora del desarrollo social y espero que no ocurra lo mismo que con lo que deseaba hace diez u once años atrás... Tal vez el niño tenga su edificio después de todo