En la misma ciudad y con la misma gente

Sin duda es estresante mirar hacia otro lado y no encontrar esa seguridad que nos proporciona la costumbre.

Estuve pensando en mi vida en general e hice un recuento de todas las cosas a las que estoy acostumbrada, como por ejemplo, Lima.

Siento que la conozco demasiado, sus calles, sus vicios, su pobreza, sus defectos y sus virtudes los veo a diario y me traen tantos recuerdos y tanta seguridad que me es difícil hartarme por completo.

Algún día me iré y mi mundo dará un giro de 360 grados, ya no estarán mis "amadas" combis ni mi querido tráfico, ya no habrán personas que me pidan dinero en la calle, dejaré de ver El Golf de San Isidro y el Malecón de Miraflores, ya no habrá nadie a quien pueda llamar a las tres de la mañana a decirle Chola he tenido una pesadilla horrible, y sobre todas las cosa, ya no estará la gente, la gentita de Lima, la que tanto odio y a la vez amo.